domingo, 16 de noviembre de 2008

VISITA 03 DE NOVIEMBRE

GENERO

El Matrimonio
En la primera época de ISKCON el matrimonio estaba bien visto. Se suponía que todos los devotos tenían que casarse, y que Prabhupada les eligiera a cada uno su mujer. Pero eso cambió cuando Prabhupada se cansó de los crecientes problemas conyugales de sus discípulos. En 1972 escribió: "Estoy tan disgustado con este repugnante asunto del matrimonio, porque cada día recibo una carta con alguna queja de un esposo o una esposa. Por eso no voy a permitir más matrimonios". Cuando Prabhupada dejó de ocuparse de los casamientos, los presidentes de templo asumieron la responsabilidad de "arreglarlos". Esto significó una transformación fundamental del valor y el significado del matrimonio dentro de ISKCON. Desde ese momento pasó a representar un signo de debilidad espiritual, una concesión hecha para aquellos demasiado débiles para controlar su deseo sexual. Esta visión se aplicaba de manera diferente en los hombres que en las mujeres. El ideal para el hombre era mantener una vida de renuncia, evitando lo más posible el matrimonio. En cambio la realización espiritual y material para la mujer estaba definida en términos de matrimonio y vida de familia, bajo la tutela de su marido. Las mujeres pasaron a ser una amenaza para el avance espiritual de los hombres.

La Familia

A pesar de la denigración del matrimonio y la vida familiar y la correspondiente pérdida de estatus otorgada a los devotos casados, la mayoría de los devotos finalmente se casan. Pero a pesar de la rápida expansión, la actitud anti-grihastha cambió muy poco. Como dice el Srîmad-Bhâgavatam, desde el punto de vista espiritual la vida de casado sigue siendo un "pozo oscuro". Muchos padres que han aceptado las ideas de los lideres acerca de la familia tratan de contrarrestar su estatus bajo poniendo su compromiso con ISKCON por encima de sus obligaciones familiares. Esto representa un grave problema. Un devoto cuenta: "Yo recuerdo haber visto que, desde el punto de vista interno, mi madre estaba como partida en dos. Yo sabía, podía ver claramente que ella deseaba ser madre otra vez, cosiéndonos la ropa, preparándonos la comida, ayudándonos en las tareas del gurukula [la escuela Hare Krishna], y al mismo tiempo tratando lo más posible de complacer al guru y a la comunidad mostrando su desapego por la familia."

Entrevistamos a Lila Navarrete, 25 años, antropóloga, quien nació y se crió al interior de la religión krishna. Hoy día hace clases en un colegio de Paine. En forma especial con Lila hemos abordado el tema de género.

Desde la cultura védica se concibe al Ser como hombre y también como mujer. En el caso puntual de la mujer, son concebidas como madres, principalmente porque necesitan protección. La mujer Krishna está a favor de la familia y opta por casarse y tener hijos.

Nuestra entrevistada señala que las mujeres deben estar siempre con las mujeres y los hombres con los hombres, tanto es así que cuando están al interior del templo se ubican en lugares separados. Esto se produce para evitar que los hombres se distraigan ante su presencia, ya que ellas deben mantener una actitud de castidad permanente y una de esas actitudes se demuestra con que siempre usan el pelo tomado.

Las mujeres que viven al interior del templo reciben el nombre de shamsharinas, son solteras, hacen votos de castidad y están dedicadas solamente a la oración y al estudio.

Las que viven fuera del templo de alguna manera tratan de mantener una actitud similar, esto es, vestir de manera discreta y tener una actitud dentro de la sociedad que se enmarque dentro de los principios que profesan.

El término “Madre” es una expresión de respeto que se asigna a las mujeres por su condición natural, al mismo tiempo que aleja todo sentido lujurioso que se pueda relacionar hacia la ellas. Para referirse a las mujeres se pueden usar muchas expresiones, algunas incluso no muy correctas, pero al decir la palabra “madre”, en forma inmediata se asocia a una mujer casta y es por esa razón que se relacionan de esa manera. .

Lila señala que se siente a gusto dentro de este mundo, porque la cultura Krishna es muy diferente a la cultura occidental y es por eso que se sienten distintas. Muchas veces al salir a la calle los hombres les dicen cosas que las hacen sentir incómodas, en cambio al interior de templo eso no existe, y es por esa razón que ahí están más cómodas, tranquilas, protegidas y relajadas.

Al mirar desde afuera se podría pensar que hay un sentido de superioridad del hombre hacia a la mujer, pero ellos no lo consideran así, es más bien un sentido de protección, pero entiende que para el mundo occidental podría ser casi una situación de abuso

Plantea que la cultura occidental pone demasiado énfasis en la mujer como ícono sexual y eso hace que se sientan acosadas. El medio las obliga a ser provocativas y competitivas, en otras palabras a ser perfectas. Incluso a ella le llama la atención ver a las mamás de sus amigas de universidad, que ya siendo mujeres grandes, están solamente preocupadas de las arrugas y la liposucción; mientras que en la cultura krishna el aspecto físico no es trascendental. Comenta que el tema físico no es algo que les importe porque para ellos la concepción del ser humano es netamente espiritual. No hacen diferencias, incluso en términos de Dios, hacen diferencia en términos de hombre y mujer, pero en el caso de Dios no. Dios se puede manifestar en una situación masculina, pero también tiene manifestaciones femeninas, entonces no hay una actitud machista como muchos pueden pensar.

Los padres de Lila son devotos desde siempre, ella nació dentro de esa cultura, pero al llegar la adolescencia comenzó a hacerse muchas preguntas y comenzó a alejarse de la religión. Se fue de la casa e ingresó a la universidad, vivió sola por 5 años e hizo una vida, por decirlo de alguna forma “no como Krishna”, aunque hay principios y valores que siempre quedan, pero de todas maneras señala que “no se sentía tan comprometida por lo hace ahora”.

Pertenecer a la religión Krishna lleva ciertos principios y cánones, que ella cumplió hasta los dieciocho años y cuando se fue a vivir sola hubo muchas cosa que se rompieron y otras que se mantuvieron. Ahí conoció el mundo occidental a cabalidad, porque, como ella dice, “uno siempre se relaciona, pero nunca esta inmerso”, entonces ahí de alguna manera pudo sopesar la diferencia. Luego se casó con un hombre no devoto, y volvió a esta vida religiosa ya de manera mucho mas comprometida y con la tranquilidad de haber conocido el otro mundo.

Aunque el esposo de Lila no es devoto respeta mucho su opción, incluso se hizo vegetariano y han llegado a formar una “interculturalidad” que ella explica como un camino en el que continuamente hay que estar transitando, el mundo del trabajo y del estudio, el mundo occidental y el mundo védico, que son dos culturas distintas por lo tanto son dos identidades, dos maneras de vivir, dos maneras de pensar diferentes en las que hay que situarse y con su marido se han adaptado a las reglas. Pero también hay ciertas cosas en las que ella ha tenido que ir cediendo, ya que la relación es una práctica constante y es un desafió en el sentido que las mujeres necesitan ser tolerantes, porque si bien no pueden ver despectivamente la cultura occidental, tampoco quieren que las vean de la misma manera, entonces hay que ser muy pacientes.

Dentro de los principios fundamentales de la cultura védica está la humildad y la tolerancia, por lo tanto un devoto siempre tiene que ser así, menos cuando están atacando a la filosofía, porque cuando eso sucede, están atacando directamente a Krishna y cuando perciben un insulto hacia Krishna ahí el devoto ataca con todo, en el sentido figurado.

Nos cuenta que su vida se fundamenta en Krishna, quien es todo. Después de haber estudiado y recorrido una vida diferente a la conocida desde su nacimiento y luego de hacer hecho muchas cosas que no se le permitían, lo que le queda, en resumen, es que su vida se fundamenta en la cultura védica, en Krishna como el centro de su vida, por lo tanto está totalmente convencida que este es el camino correcto.

Aún no tiene hijos, pero está consiente que si alguna vez los tiene y ellos plantean las mismas inquietudes que vivió en su adolescencia tendrá que aceptarlo y su deber será prepararlos para “el otro mundo”, el mundo occidental que es totalmente agresivo.

Considera que criar a un hijo en una cultura tan ajena a la occidental es peligroso, pero también es favorable, porque se sabe lo que se experimenta en el interior. Ella está convencida que su camino es el camino correcto, por lo tanto hará lo posible para que su hijo sea devoto, pero sabe que no se puede cubrir los ojos con una venda y decir que él será devoto para toda la vida, es imposible, porque a los 18 años podrá recibir el libre albedrío que es una cosa para todos los seres humanos. Sostiene que a su hijo le puede dar lo mejor, pero en definitiva será él quien decida y probablemente decidirá hacer un montón de cosas que no le fueron enseñadas y puede que después vuelva, así como ella lo hizo. Aunque también existe la posibilidad que se quede al otro lado y eso va a depender de la misericordia de Krishna y de su decisión; y eso hay que respetarlo

En cuanto a la relación hombre mujer en el mundo occidental, Lila recuerda que entre los 19 y 20 años fue tremendamente violento porque sentía el acoso en forma permanentemente, ese afán de superioridad del hombre por encima de la mujer si se pudiera resumir en una palabra se diría que es violencia, en un sentido más simbólico que practico. Más simbólico, por ejemplo, cuando iba a un bar con sus compañeras de universidad, previo a la salida, toda se arreglaban para atraer la atención del macho y cuando ellos llegaban las invitaban a un trago, la típica, pero no con un afán de protección, como se entiende acá, sino con el afán de ver cual será el resultado al final de la noche. De alguna manera la mujer sabe que es así, por algo se produjo tanto, pero ellas también se subyugan al manejo de la situación, entonces se cae en el mismo juego porque lamentablemente no hay mucha opción.

Señala un dato significante, en las discotecas si la mujer saca a bailar es mal vista, cuando una mujer trata de ser mujer en su máxima aptitud, hablando desde el mundo occidental, ésta pasa a ser la prostituta, la patuda y eso sucede más allá de ser o no feministas, es una guerra simbólica muy grave. Cree que en el mundo occidental la vida de la mujer es limitada, no es libre como debe ser, está totalmente subyugada y eso hace que la mujer sufra mucho, ello lo vivió con sus compañeras.

Cuenta que tuvo la oportunidad de vivir con una mujer que era madre soltera, enamorada del padre de su hijo, conoció muchas mujeres enamoradas de los hombres, pero los hombres sólo querían sexo por una noche de fin de semana y eso es netamente violento, es decir, desde la mirada occidental se ve la cultura védica como conservadora y antigua a la que se le hace un montón de criticas, pero no es así, al interior de la religión krishna la mujer tiene un lugar netamente privilegiado y especial y eso hace que desarrolle una vida tranquila una vida de servicio al esposo, pero no de un esposo que la violente ni la subyugue, sino de un esposo que le entrega las necesidades básicas, conocimientos, hijos, además que le entrega un mundo de posibilidades no a nivel material sino a un nivel espiritual.

Dentro de la cultura védica hay un aprendizaje de toda una vida. Cuando ingresan al templo y hacen el “isastre” (casarse), existe un manual donde aparecen los deberes de la esposa, del marido hacia la esposa y de los padres hacia los hijos, es decir hay toda una filosofía que dice como se deben comportar hacia el maestro espiritual, hacia el templo, cuanto de las ganancias que percibe se deben entregar, todo esto en términos de teoría, porque al final acá nadie obliga a nadie, todo esto es libre albedrío, lo fundamental es que en todo debe haber un respeto tanto del hombre hacía la mujer y de la mujer hacia el hombre. Aquí no hay superioridad de género.

Le preguntamos a Lila sobre el tema de la subordinación de la mujer hacia el hombre y nos señala que eso no debiera ser, pero entiende que se podría mal interpretar desde la cultura occidental. La filosofía les enseña que la mujer debe servir al marido y que el marido tiene que tener todas las condiciones básicas resueltas, porque es su deber, pero en todas las religiones el hombre tiene que sustentan a la mujer y esto no sólo se habla en términos materiales de comida, techo y abrigo. En la cultura krishna el hombre debe ser autosuficiente para estudiar los vedas, para cantar las 16 rondas, para hacer arte y para adorar a Krishna, se tiene que elevar espiritualmente porque si él se libera al mundo espiritual va a llegar a la esposa, en otras palabras, es como un guía que va haciendo el camino para que la esposa lo siga.

Los hombres eligen al maestro espiritual quien a su vez les da las instrucciones para que puedan seguir la vida escolástica, la vida religiosa y a su vez ellos se transformen en guías espirituales para sus esposas. El hombre tiene que seguir esos principios religiosos, y no quiere de decir que ellas no lo hagan, lo tienen que hacer igual que él, pero existe esa actitud de servicio. Además no sólo con el marido, sino también con otras madres y con el centro. Ellas siempre están sirviendo a Krishna, en todo orden de cosas, todo por amor a Krishna.

Comenta que lo único que Krishna les manda en el mundo espiritual es que tienen que desarrollar amor por él, tienen que alcanzar el REMA (amor por Krishna), entonces, por servicio a Krishna, venden pie de limón para hacer un nuevo altar; por servicio a Krishna ponen el templo lindo para que puedan venir nuevos visitantes; por amor a Krishna expanden el movimiento y salen a las calles a vender libros. El amor a Krishna es lo que los mueve, y eso también se debe llevar en la vida familiar porque ese es el centro, porque si la familia se apoya en Krishna como el principal motivo de vida, todo lo demás será bueno.
GÉNERO
Felipe comenta que entre el hombre y la mujer existe una relación de mucho respeto, sobre todo cuando están dentro del templo, o en el salón donde se realiza la oración, lecturas y adoración a Krishna, porque está Dios presente.

No es apropiado conversar con una devota o madre, con respecto a temas que no sean relacionados con la religión. Dentro del templo y en el salón se debe hablar de asuntos referentes a Dios, sobre las escrituras, etc.

Señala que los hombres y las mujeres son iguales, al igual que los animales, porque todos tienen alma, en ese sentido comenta que almas espirituales, y por lo tanto existe igualdad.

Indica que a las mujeres, las llaman madre, ya que en ellas ven la figura materna, por lo tanto se les trata con mucho respeto, y las protegen, que es algo que las mujeres desde que nacen necesitan

Ante la pregunta si considera que existe machismo al interior de la religión, comenta que es una pregunta difícil, pero considera que no existe el machismo dentro del templo, y que todas las personas ven machismo por todos lados, siente que en el mundo material la igualdad entre hombre y mujer no es posible, dice que es absurdo. Aunque tengan el mismo trabajo o desarrollen alguna actividad parecida, nunca serán iguales.

3 comentarios:

Estudiantes Trabajo Social Universidad Católica Silva Henríquez dijo...

Claramente se nota la diferencia de genero, el hombre es casi un ser superior mientras tanto la mujer no tiene valides en las decisiones, con una mirada desde adentro los devotos hombres piensan que el trato hacia la mujer es por respeto pero desde mi postura puedo asegurar que es machismo absoluto ya que denigran la integridad femenina, y desde la mirada de las mujeres de esta religión tienden a tener tan asumido que ellas son débiles y que los hombres las protegen y respetan y desde mi postura vuelvo a asegurar que ellas son tan sometidas que se siegan a esta realidad.

Cynthia Marceli



En relación al tema de género creo que su postura es bastante ancestral, aunque ellos no lo consideran así, pero igual es posible apreciar que la mujer está en segundo lugar y ese pensamiento está asumido por ambos, auque ellos lo llaman “protección y respeto” debido a la fragilidad propia del género. Me provoca rechazo cuando ellas hablan que sus maridos deben ser los guías que van abriendo caminos para que a ellas les sea más fácil. Si bien en el templo ambos cumplen las mismas funciones -según sus propias palabras- nos quedó claro que en sus casas no es así, ellas deben atenderlos mientras ellos se dedican al estudio.

Soledad Cortés


Considero que la mujer dentro de esta religión o más bien secta religiosa, al menos desde mi punto de vista, es vista como un ser inferior, me parece que la actitud que tienen los hombres hacia las mujeres más que basarse en el respeto en sí, es machismo, y no lo dudo, de alguna manera ellos sienten que deben proteger a la mujer y guiarla. De alguna manera siento que actúan como todos los hombres, otra cosa, es que quieran disfrazar esta acción, con la idea de que es sólo por respeto. Siento que los hombres Krishnas de alguna forma tienen una forma de decir las cosas que claro quizás pueden convencer a muchos, pero la verdad es que yo no les creo, para mí son todos unos machistas, que miran a la mujer como si fuera un ser indefenso. Además de que intentan hacer un “lavado de cerebro” es lo que sentí al conversar en varias oportunidades con Felipe, de alguna forma quiso que yo me acercara al templo, pero no como estudiante que está realizando un trabajo de observación, sino que intentó que de alguna forma pudiera formar parte de ellos, lo que claramente no conseguiría. Porque yo fui muy transparente, y a más de un Krishna le dije que no creía en Dios, lo que claro provoca un fuerte impacto, lo que me llevó a tener algunas disyuntivas con uno de ellos, que finalmente terminó en un debate, pero me pareció interesante poder mostrarles mi postura.

Marianela Medina

Unknown dijo...

En relación a este tema se puede notar la diferenciación de las mujeres con los hombre, en algún punto se puede observar que la mujer es como una amenaza para los hombres en el desarrollo espiritual, debido a que tienen diferente puntos de vista, supuestamente el hombre tiene que renunciar a todo su parte carnal, y evitando así el matrimonio y las mujeres tienen desarrollo espiritual a través de la familia, pero al momento de formar familias ellos solo pueden tener relaciones sexuales para procrear, de hecho por lo que cuenta una devota entrevistada, Lila, dentro del el templo los devotos que viven tienen que dormir separados de las mujeres para no “ caer en tentación”. Ellos manifiestan que es puro respeto que se tiene hacia las mujeres, pero de alguna forma se puede apreciar el grado de superioridad que tienen los devotos en la religión.

Nicole Vasquez Fuentes

Anónimo dijo...

Este día fue a ni parecer uno de los mas importante de nuestras visitas, dado que entrevistamos directamente a una mujer, ella fue tan dulce con nosotras que muchas de las respuestas que nos dio me parecieron muy coherentes en ella se mostro gran respeto hacia nuestra cultura a diferencia de los otros entrevistados, por ejemplo Felipe apezar de llevar tan poco tiempo en esta religión al darnos sus respuestas se nota un poco de agresividad asía el mundo que lo vio crecer, sin embargo Lila nos habla con tanto respeto aunque yo considero que este respeto se debe a que su esposo es de la cultura occidental.

Me llamo mucho la atención el ver que ellas se convencen de no estar frente a un machismo, que para mí, es encubierto en donde las mujeres no se pueden desarrollar como ellas deseen, si no deben ser guiadas por sus esposos. Debo reconocer que me pareció muy interesante toda la conversación con ella, aunque destaco cuando se refirió a su pasada por el mundo occidental, como veía a las mujeres y hombres con la única finalidad de llegar al sexo, esto es muy interesante ya que ella nos plantea haberse sentido violentada con la actitud que los hombres.

Ruth López